La tarde-noche de ayer nos dejo recuerdos y sensaciones de toda índole. La indignación por una primera parte lamentable, sobre todo defensiva; El disfrute del inicio de la segunda, donde el equipo saco la vergüenza y la clase para voltear el resultado; El minuto 21 mas intenso de la temporada, quizá porque el dolor es mayor cuanto mas nos hacemos a que él ya no este; La presencia de Raúl Tamudo y su adiós, orgullo para quien hemos tenido la oportunidad de disfrutar de un capitulo fundamental en la historia moderna del RCD Espanyol.
Empezaron mal los locales. Osasuna puso en practica con Dady, una jugada que Camacho ya ponía en practica en los 90, con Urzaiz y Arteaga. Saque de banda, prolongación y remate a puerta. Defensa dormida y 0-1. Pochettino sorprendió con retrasar la posición de Moisés, quizá para darle mas contundencia al juego aéreo. Amat repitió en la derecha y D.Garcia por la izquierda, como en Zaragoza. Insistió con Verdú por el medio centro y dio la titularidad a un desastroso Coro. Con todo ello solo consiguió llegadas una tras otra de Osasuna por fuera, que mereció mas ventaja antes del descanso. Quiero destacar que todo el banquillo de Osasuna aplaudió durante el minuto 21.
En la segunda Moisés se quedo en el vestuario y dio entrada a Roncaglia y el equipo mejoro. No se confundan, no por Roncaglia que estuvo lamentable una vez mas, sino porque Amat paso al centro y el equipo se recompuso. Los 10 primeros minutos vieron dos córners del Espanyol y a la salida del tercero, Forlin de manera acrobática conecto desde el punto de penalty para igualar. Dos minutos después Osvaldo cambió, de ritmo en la frontal y golpeo con violencia con la zurda para desequilibrar. Un golazo. A partir de ahí Osasuna intento la igualada, pero sin la claridad de la primera parte y con la espada amenazante de la consistencia local y las llegadas claras a la contra que en este periodo, fueron casi todas blanquiazules. Alguna de ellas incluso para Raúl Tamudo, que entro faltando casi media hora, como colofón a 14 años de trayectoria profesional en la casa. Tuvo un mano a mano que Cornella empujo para que cerrara el gol 130 de su carrera, pero Roberto no estaba por la labor.
Tras el pitido, ovación, manteo y muchas lagrimas para un icono en la historia reciente de este Club.
Casi fin de curso, al menos de local y solo queda la semana cultural que nos llevara de colonias a Mallorca a cerrar una temporada complicada, con muchos altibajos, con circunstancias complicadas, y con apuros. Ni mas ni menos que como otras tantas en esta santa casa. Habrá que ponerse en serio para refundar este Club de una vez, de lo contrario en alguna temporada no será suficiente. Este no es el camino.
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