Tamudo ya no está, se fue a la Real Sociedad el pasado verano, pero sigue siendo el espejo en el que se miran todos los jóvenes de la cantera del Espanyol, el club que ha demostrado que la mejor forma de sortear las estrecheces económicas es mirar hacia abajo y sacar fruto del buen trabajo de muchos años, de tantos técnicos. Las decenas de chavales que juegan en alguno de los doce equipos que conforman la estructura de base del club --desde el prebenjamín hasta el Espanyol B-- ya se han convencido de que dar el salto a Primera no es una quimera. Lo demuestra la realidad de cada domingo, la constatación palpable de que los chicos de casa son los que mandan en el primer equipo.
Desde que llegó Mauricio Pochettino al banquillo en enero del 2009 para sustituir a Mané, el entrenador argentino ya ha hecho debutar a trece jugadores del conjunto filial, una cifra increíble en el fútbol moderno. En España, desde luego, no se encuentran analogías recientes. Su apuesta por los pequeños pericos ha sido decidida, de tal forma que esta tarde ante el Real Zaragoza seis canteranos formarán como titulares en el equipo inicial (Chica, Amat, Víctor Ruiz, Dídac, Baena y Javi Márquez). Son los cuatro zagueros y los dos mediocentros. Más de medio equipo. Solo de ahí hacia arriba se paga. Casi nada. Además, otros tres estarán en el banquillo: Raúl Ruiz, Javi López y Álvaro Vázquez, que surgió el año pasado como un cohete para demostrar que la fábrica espanyolista no solo produce jugadores de corte destructivo.
Este delantero de Badalona de 19 años aspira a ser el sucesor de Raúl Tamudo, arquetipo del delantero perfecto de la casa, desde Sarriá hasta Cornellá. Alvarito, que debutó en Primera División nada menos que en el Bernabéu, se bastó en su segunda aparición entre los grandes para ganar a Osasuna después de dos jugadas dignas del ariete más ilustre del campeonato: provocó la expulsión de Lolo en una astuta maniobra propia de un jugador hecho y derecho, y acto seguido marcó un gol estupendo en un remate cruzado con la zurda, como si fuera el ariete más clásico de la Liga española.
Alvarito es solo un ejemplo. Se podría elegir a cualquiera de los doce compañeros que, como él, han debutado en los dos últimos años. Se puede advertir que algunos estrenos han sido testimoniales, con apariciones casi fugaces, pero han sido los menos. Al otro lado se aprecia el crecimiento de los jóvenes futbolistas por los que ahora suspiran en Europa. Es el caso de Víctor Ruiz y Javi Márquez, de los que se habla y mucho en el Calcio, como de Baena en la Premier League inglesa.
El trabajo que hoy en día disfruta Pochettino lo comenzó hace quince años José Manuel Casanova, coordinador del fútbol base del Espanyol durante este periodo. Pero ni siquiera su buen trabajo le sirvió para mantenerse en el cargo. Dejó el club el año pasado y ahora la cantera la maneja Antonio Morales, uno de los máximos accionistas del club, un hombre de números, de poco césped y mucho despacho.
Por aquí vienen las malas noticias, o eso piensan algunos pericos. Sus primeras decisiones han ido relacionadas con los recortes económicos, que no se aprecian casi desde fuera pero que notan los de dentro. Los que viven día a día ya perciben el cambio en la mano directiva. Y preocupa. Al otro lado se defienden argumentando que la aparición de tantos futbolistas jóvenes se ha debido poco menos que a una casualidad, que la mano que ha guiado este éxito no ha sido la del trabajo sino la de la necesidad. Con menos cartera, hay más cantera. http://raul-tamudo.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario