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¿Cómo estás? ¿Cómo llevas el cambio?
Bien, muy bien. Feliz y contento. Aquí sólo pienso en fútbol, vuelvo a sentirme futbolista y eso, no lo dudes, es un placer. Lo necesitaba.
¿Te costó mucho dar el paso?
No, la verdad, pues no se contaba conmigo. Por mucho que entrenase, que hiciese las cosas bien, no iba convocado. Era el momento de buscarse la vida en otro lado. Apareció la opción de la Real y aquí estoy, tras hablarlo con Laia -su esposa-. Los dos y el perrito. Y encantados. Ahora quiero agradecer a la Real su confianza jugando y aportando goles.
¿Cuándo te vistes fuera?
Sinceramente, en la pretemporada. Entonces ya asumí que iba a ser mi última temporada. Vi cosas que no me gustaron, que iba a ser un año muy largo. Y no me equivoqué, lo pase muy mal. Gracias al apoyo de la familia, de los compañeros que estaban en mi misma situación pude pasar todo este tiempo.
¿Qué cosas no te gustaron?
¡Uff...! (Un momento de silencio, que se hace eterno). Mejor callar. Le estoy tan agradecido a la entidad, al Espanyol, por todo lo que me ha dado que prefiero no explicarlo.
Ya sabes eso de quien calla otorga...
Me ha dado tanto el Espanyol, que callo. Y que la gente piense lo que crea. Sería un estúpido si no supiese separar la institución de algunas personas que ahora están en ella. Tengo que hacerlo y pasar página. Es lo mejor para todos.
¿Con qué te quedas de todo estos años?
Con muchas, muchísimas cosas. Con mi debut en Primera División, con las dos finales de Copa del Rey... A nivel deportivo me siento un privilegiado porque, lo digo con toda la modestia, pienso que he estado en la mejor época del Espanyol. Y, sin duda, con la afición.
¿Cómo ha sido tu relación con los seguidores blanquiazules?
En el fútbol hay muchos intereses y es difícil llevarse bien con todos. Yo deseo lo mejor para la entidad aunque existan personas que no me han tratado como debían. Pero me he sentido muy valorado y querido por la afición. Mi despedida, por ejemplo. 30.000 personas de pie aplaudiendo... Aún se me pone la carne de gallina y me emociono. Me he sentido querido y yo les he querido.
El homenaje del último día...
Nunca lo olvidaré. No podré. Me dieron esa oportunidad por la fuerza que afición y prensa hizo, lo tengo clarísimo. Y eso no se olvida. Gracias a todos, y en mayúsculas, por ese gesto, por su cariño demostrado estos años, por las palabras que he recibido en la calle y tras los entrenamientos... Y valoro más su respuesta porque había sido un año difícil para mí, un año donde se habían dicho tantas barbaridades sobre Tamudo. La gente estuvo conmigo hasta el final y entiendo que lo estuvieron porque valoraron lo hecho en el campo. Eso llena de satisfacción a un futbolista, es la mejor recompensa.
¿Tienes ánimo de revancha?
¡Nooo...! Ninguno. Te lo he dicho antes, tengo que pasar página. Debo hacerlo. Al Espanyol le deseo lo mejor, que le vaya muy bien porque es una parte importante de mi vida; pero ahora estoy en la Real Sociedad. Aquí estoy muy bien y todo mi esfuerzo está en contribuir en el éxito de la Real.
Hablamos de las lamentables ruedas de prensa...
Han pasado ya unos meses y sigo sin encontrar una explicación. No existe. Lo fácil había sido hablar conmigo y no montar el ‘show’ que se montó.
¿Los perdonas?
Cada uno es dueño de sus actos. Yo defenderé siempre la verdad, mi verdad. Tengo la conciencia muy tranquila y, a nivel personal, fui el gran perjudicado.
¿Hablamos de Pochettino?
No.
¿Del presidente?
Como se dice, ‘pasa palabra’.
¿De Germán de la Cruz, de Planes...?
Nada que hablar. La indiferencia es lo mejor en estos casos.
Se te acusa de pesetero.
Falso. Profesionalmente lo he dado todo por el club y ahí están mis estadísticas como jugador del Espanyol aunque no gusten a alguien. Yo he cumplido.
Y te quedan cosas por cobrar.
Lo dices tú; yo callo.
También te acusan de no hablar con la prensa como capitán.
Eso quiero aclararlo. Tomé una decisión, creo que acertada, de no salir en rueda de prensa porque no quería problemas, pues había alguien que sacaba punta a todo lo que yo decía. Y sin decir nada mira los problemas que he tenido. No me arrepiento.
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