24 sept 2011

Raúl Tamudo sigue latiendo en el corazón de los aficionados espanyolistas.

No olvidan ni olvidarán nunca al máximo goleador en Liga de la historia del club catalán. Marcó 129 goles defendiendo la camiseta y el escudo del Espanyol. Dio tardes de gloria y el Espanyol también se la dio a él. No era un día de revancha, era un día de un gran reencuentro.

La primera ovación de la tarde se la llevó antes del inicio del partido, justo cuando nel 'speaker' de Cornellà-El Prat daba la alineación de la Real Sociedad y pronunció su nombre. La reacción fue la esperada. Los aplausos para el de Santa Coloma no se hicieron esperar. Era la forma de darle la bienvenida a la que había sido su casa durante catorce años. Tampoco faltaron las pancartas. Se podía leer, entre otras,: 'Gracias por todo', 'Tamudo por siempre' y 'Sempre Tamudo'. No le olvidan. Él tampoco a ellos. Minutos antes de que el árbitro pitara el inicio del encuentro, la grada empezó a cantar el conocido '¡Raúl Tamudoooo, Raúl Tamudoooo!' brindándole una segunda ovación. Se hacía extraño verle con el '20' a la espalda y enfrentándose al Espanyol que le vio hacerse y crecer como futbolista. Tras posar los dos equipos para las fotos, hubo los saludos oficiales entre los jugadores. Raúl dio la mano a todos sus ex compañeros pero, como en el partido de la primera vuelta en Anoeta, hubo abrazo especial para Carlos Kameni, Javi Márquez y Joan Verdú.

Tamudo luchó como siempre, como lo solía hacer en el Espanyol. Pero esta vez era diferente, luchaba defendiendo los colores de la Real Sociedad para ganar al Espanyol. No hubo gol. El máximo goleador de la historia de la entidad blanquiazul marcó en Sarrià, en el Olímpic de Montjuïc pero aún no lo ha hecho en Cornellà-El Prat. http://raul-tamudo.blogspot.com/ http://blanc-i-blau-3d-rcdespanyol.blogspot.com/
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Poco antes de que el colegiado señalara el final, la grada volvió a cantarle a Tamudo. Con el pitido final, seguía el cántico y el gran Raúl volvió a abandonar la casa del Espanyol con una gran ovación de laque fue su afición. Él enfiló el camino de los vestuarios aplaudiendo a los que siguen siendo incondicionales suyos pese a que lleve otra camiseta y defienda otro club.

La noche fue mágica para el espanyolismo. Los pericos cortaron la dinámica negativa de cuatro derrotas consecutivas ante la Real. Este partido tiene que significar un punto de inflexión en el camino hacia Europa. El Mallorca visita Cornellà-El Prat el martes. Y hay que volver a sumar los tres puntos.

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