Cuando un futbolista lleva el gol en la sangre, da igual cuántos años tenga, que conozca o no a sus nuevos compañeros, que esté bien o mal físicamente o que la abuela fume. Al final, la cabra tira hacia el monte y el matador hacia el gol. A Raúl Tamudo le costó sólo siete minutos refrendar todos estos postulados. Prácticamente antes de que los aficionados almerienses tomaran asiento en el Juegos del Mediterráneo, el 'killer' catalán ya había ejecutado. Hacía más de 15 meses que no marcaba por sus problemas con Pochettino, pero eso al de Santa Coloma no se le olvidará nunca.
Pertenece a esa estirpe de futbolistas que viven en un permanente idilio con el gol, que nunca se olvidan de cómo se hace. Romario siguió marcando hasta los 40, Raúl lo sigue haciendo, Ronaldo lo hará si consigue recuperarse de su lesión -pese lo que pese- y Tamudo le dará goles a la Real hasta que decida un buen día que le ha llegado la hora de colgar las botas.
Corría el minuto siete del encuentro e intuyó perfectamente por dónde podía Zurutuza meterle un balón entre los zagueros del Almería. No hay que quitarle ningún mérito al de Rochefort, que metió un pase digno de Michael Laudrup para que el catalán la peinara con la testa lo justo para desviar el esférico y clavarlo en las mallas de Diego Alves. Ésa es otra de las características de estas personas casadas con el gol. No les hace falta un contacto contundente con el esférico, no necesitan emborracharse de balón para matar. Son 'asesinos' del área de guante blanco.
Lo celebró como un niño
Hasta ayer, Raúl Tamudo había marcado 129 goles en Primera División. En Montjuic le han visto meterlos de todos los colores y sabores. Pero el de Santa Coloma es un enamorado de su profesión. Y lo demostró con la forma en la que celebró el gol que ponía por delante a la Real. Su ilusión sigue intacta pese a tener ya 33 años y, nada más ver cómo el cuero besaba las redes del Juegos del Mediterráneo, corrió hacia la línea de fondo, se tiró al césped y se revolcó sobre sí mismo como si fuera un crío que acaba de marcar en el día de su debut.
Sólo habían transcurrido 7 minutos de partido y quedaban 83 para mantener el marcador. Y Tamudo demostró que es polifacético, que sabe trabajar de muchas cosas y de todas bien. Aguantó los balones a la espera de sus compañeros y forzó unas faltas que, en determinados momentos del partido, fueron clave para aguantar el empuje del Almería y perder tiempo.
Dejó bien claro ayer Raúl Tamudo que, además de goleador, es, sobre todo, un jugador inteligente. Eso sí, a partir del minuto 70 se notó que estaba muy cansado. Apenas le quedaba oxígeno y fue sustituido por Markel en el minuto 86. Quizá debía haber salido antes. Aunque no podía tener mejor debut como titular. Lo celebro por lo suelos como la primera vez...
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