16 feb 2011

Tamudo tumba a Camacho

nostia. Raúl Tamudo es como Raúl el madridista, pero a escala cantera del Espanyol. Se ha pasado toda su vida dándole puntos y vida al equipo de sus amores con faenas como la de ayer. Nada de lo que hace es casualidad. La jugada en la que anota el gol del triunfo frente a Osasuna define a la perfección sus características como delantero.

Corría el minuto 73 con 0-0 en el marcador y sobre el duelo pesaba una inquietante sensación de que la Real ya no dominaba la situación. Era el momento para la aparición de los jugadores decisivos, como siempre lo ha sido Tamudo a pesar de no ser un superdotado físicamente. El catalán hizo bueno con un magnífico control orientado un centro de Estrada, remató contra el cuerpo de Ricardo y el balón rebotado encima. La gran mayoría de futbolistas se hubiera acelerado y precipitado en esa situación, pero él no, porque estamos hablando de un especialista. Una vez más, dentro del área, donde le gusta estar a él, al catalán le descendieron las pulsaciones y, tras bajar el balón con el pecho, de espaldas a la portería y cuando parecía que ya no tenía nada que hacer, se sacó de la chistera un putt increíble de rosca que se coló mansamente en el palo contrario de la meta. Insisto, no fue casualidad, porque ese tanto lo ha marcado en muchas ocasiones a lo largo de su exitosa trayectoria.

Su mejor actuación Gol de Tamudo, 1-0, tres puntos y a casa. Suena bien, ¿verdad? Es el resumen en pocas palabras de lo que sucedió ayer en Anoeta. Para valorar la actuación de Tamudo necesitamos bastante más. El punta completó su mejor partido desde que está en Donostia. Ahora ya se puede decir que está adaptado e integrado en el equipo y, como era de esperar y ha hecho siempre, marca las diferencias. No solo fue el gol. No paró de ofrecerse, de crear peligro y de provocar amonestaciones a sus rivales. Y eso que en la primera oportunidad que tuvo, tras un pase medido de Aranburu, el otro gran protagonista del encuentro, hizo una hutsa. Le dolió en el alma, porque no está acostumbrado a dejar pasar esas oportunidades. En la segunda parte, con la defensa rival cargada de amarillas, remató hasta en cuatro ocasiones con peligro. Pero no solo eso. Es que acabó desquiciando a todos, porque, cada vez que cometía el más nimio error, aparecía como un fino carterista con instinto asesino para intentar hacer sangre. Dentro de muchos años podremos decir que Tamudo, uno de los mejores delanteros que ha dado el fútbol español en los últimos tiempos, vistió y honró la camiseta txuri-urdin.

Si alguien tenía que jugar el encuentro de ayer era Aranburu. El capitán es el que mejor podría explicar lo que sucedió en los famosos duelos contra Osasuna y solo con ver la cara de enfado que tenía al darle la mano Puñal, en aquel fatídico partido en el Reyno, le hacían ganarse una plaza segura en el once de ayer. El equipo rojillo se llevó una sonora pitada cuando saltó al campo a calentar y la megafonía cantó los nombres de su alineación. Su afición será siempre bien recibida en Donostia, porque es grande, pero sus jugadores ya saben lo que les espera cuando pisen Anoeta. Por ahora bronca, porque el recuerdo permanece vigente, pero dentro de unos años les aguarda simplemente la indiferencia. Nos importará tan poco como cualquier rival de Primera, quizá lo que siempre debió ser porque esto es una competición y, sobre todo, lo que se ha ganado por deméritos propios. Por cierto, estaría bien que, si sus aplausos a la grada eran irónicos, el señor Puñal se abstuviera de provocar a la afición realista, porque tendría delito. Que aprenda del capitán realista, que le pasó por encima en el campo.

Las otras grandes novedades en el once de Lasarte eran Demidov y De la Bella. El técnico purgó así, con acierto, la indolencia de la zaga en el Bernabéu. El noruego causó una grata impresión, al mostrarse concentrado y serio en defensa, pero a la vez valiente con el balón, algo de lo que carecen sus compañeros de línea. La vuelta del lateral fue vital para el juego del equipo, más aún cuando faltaba Prieto. No paró de subir, puso buenos centros y no pasó problemas en defensa. Sus arrancadas dieron amplitud al fútbol realista.

Fallo de Sarpong Pronto quedó claro que el encuentro iba a ser trabado y complicado, con un rival encerrado y agresivo en las disputas. Era evidente que el primero que marcara no iba a quedarse sin puntos. La Real fue la única que lo buscó en la primera parte y sin jugar demasiado bien, porque no era fácil, lo mereció con creces al crear tres ocasiones claras. Tamudo, Zurutuza de cabeza en el área pequeña y Sarpong, en un fallo increíble tras la mejor jugada del primer acto, no lograron poner por delante a los realistas, lo que les hubiera permitido recorrer más de medio camino hacia los tres puntos.

En el descanso, preocupado por la penosa imagen de su equipo, Camacho hizo un valiente cambio al dar entrada a Lekic en lugar de un desconocido Coro. Un movimiento en un momento que nunca jamás se le ocurriría hacer a Lasarte. El problema es que, además, le salió bien. Tras otro par de avisos de Tamudo y una falta de Griezmann que rechazó como pudo Ricardo, Osasuna fue encontrándose más cómodo en el campo y, como cabía esperar, dispuso de dos claras opciones para anotar. Nekouman en un disparo que se envenenó y se estrelló en el larguero y, en un cabezazo que sacó bajó palos, De la Bella sedó a una grada que llegó a temer por el resultado. El partido parece abocado al empate de tal manera que solo un especialista podía salvar la situación. En ese instante apareció Tamudo, que llevaba varios minutos crecido y con el colmillo retorcido, para dar la victoria a la Real. Por cierto, que una vez más, los cambios de Lasarte no contribuyeron en exceso a la victoria.

Tamudo y Aranburu celebran el tanto del delantero catalán, con Griezmann dispuesto a sumarse a la fiesta, ayer en Anoeta.

Tamudo y Aranburu celebran el tanto del delantero catalán, con Griezmann dispuesto a sumarse a la fiesta, ayer en Anoeta. (Ruben Plaza) http://raul-tamudo.blogspot.com/

Osasuna demostró que lo va a pasar mal este año, porque, pese a que los realistas estaban demasiado metidos atrás, no fueron capaces de disparar entre los tres palos. Tienen mala pinta los rojillos, que van a sufrir para salvarse. Porque esta vez además no tendrán ninguna ayuda.

La Real se presentó ayer ante una intersección de caminos, en el que tenía dos opciones: ganar y luchar por entrar en Europa, o tropezar y centrarse en evitar apuros. Fueron dos pesos pesados, Tamudo y Aranburu, los que asumieron la responsabilidad y guiaron a sus compañeros por el sendero de la ambición y la ilusión. Los realistas son novenos con puntos que dan el pasaporte a la Europa League. En la jornada 23. Y después de ganar sin Xabi Prieto ni Llorente. Con eso sí que queda todo bien resumido.

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