11 jun 2009

Tamudo, el símbolo que se marcha

Juan Baeza 2 de junio de 2009

Tamudo

315 partidos, 123 goles. Raúl Tamudo, tras diez campañas consecutivas en la primera plantilla del Espanyol, más otras dos jugando desde el filial, tiene un pie y medio fuera del conjunto blanquiazul. Posiblemente, el choque que el pasado domingo disputó contra el Málaga fue su último encuentro y la providencia quiso que hiciera su primer hat trick, justo en el día de su más que presumible adiós.

Tamudo es y será por siempre el gran símbolo de uno de los mejores Espanyol de todos los tiempos. Cuenta que de chico acudía al campo con su padre y que sufrió como nunca cuando a finales de los años 80 la gloria de la UEFA se le escapó a los pericos en una infausta tanda de penaltis ante el Bayer Leverkusen. Sin embargo, él llegó años más tarde y vivió grandes noches con el equipo de su vida. Ganó dos Copas, mojando en ambas finales, llegó y sufrió otra tanda de penaltis cruel en la final de la UEFA y se convirtió en el orgullo de una hinchada a la que cuesta tener mitos debido a lo voluble del mercado.

El propio Tamudo se pudo ir a comienzos de los 90. El Glasgow de Rangers se disponía a pagar por él 2.500 millones de las antiguas pesetas, 15 kilos al cambio de hoy. Tamudo se fue con lágrimas en los ojos, pero dudas de los escoceses en el reconocimiento médico propiciaron su vuelta a Barcelona. Desde entonces sus hazañas han sido múltiples y para la afición perica se antoja inolvidable el doblete que firmó en el Camp Nou en mayo de 2007, logrando un gol in extremis que le quitó una Liga al Barça.

Tamudo termina contrato el próximo año, pero ha dejado entrever que se quiere marchar para cambiar de aires. Con 31 años es joven aún, tiene fútbol en sus botas, eso es seguro. Hablan de que su destino podría ser el Panathinaikos griego, quién sabe. Lo que es evidente es que si el del Málaga fue su último choque con la camiseta del Espanyol, se despidió a lo grande, como lo hacen los mejores. Siempre he pensado que es inconcebible que un jugador como Tamudo, pese a que ha sido internacional en trece ocasiones y ha dado el callo en momentos complicados, como el partido en Dinamarca de hace dos noviembres, no haya jugado nunca una fase final de Eurocopa o Mundial con la selección. Tampoco importa mucho, es un símbolo del Espanyol y, por lo tanto, un símbolo de nuestra Liga que se ha ganado el respeto de todos.

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